viernes, 8 de julio de 2011

LA ENIGMATICA ISLA DE PASCUA, EL INICIO DE UNA LEYENDA INACABADA

LA ENIGMATICA ISLA DE PASCUA, EL INICIO DE UNA LEYENDA INACABADA


Los rapanui se llamaban así mismos como a su isla. Descubierta el domingo de la Pascua de Resurrección de 1722 por Jacob Roggenvee, la conocemos por ello como Isla de Pascua. Citamos sus misterios... los moais, especie de hieráticas esfinges o dioses, bustos de personajes que presumiblemente retrataban a las cabezas de los clanes, como lo hicieran los olmecas; su población, los orejas grandes, con rasgos de índole indoaria. O sus túneles subterráneos que comunicaban la isla con el mar e incluso supuestamente con las otras islas.

Rapa Nui es el nombre que los habitantes locales dan a la Isla de Pascua, perdida en el inmenso Océano Pacífico. Legalmente pertenece a Chile, aunque sus poco más de dos mil habitantes ven a este país como algo lejano y dudoso.

En realidad, cualquier país puede ser considerado lejano, ya que a 3700 kilómetros de Chile y 4050 de Polinesia, la isla es la más aislada de todo el mundo. Su idioma oficial es el español, que hablan muchos de los lugareños aunque la mayoría se comunica en un lenguaje propio, similar al de algunos lugares de la Polinesia.

Ellos se llaman a sí mismos como a su isla, y forman una extraña sociedad orgullosa de su pasado y muy afables con los visitantes. Durante el siglo XIX al menos dos mil habitantes de la isla fueron secuestrados y conducidos a Perú para trabajar como esclavos. Esto provocó una reticencia hacia los extranjeros que por fortuna ya ha sido superada.

Hanga Roa es la capital, pese a no ser más que un pequeño pueblo. A ella llegan dos vuelos semanales de Lan Chile, y se sitúan algunos pequeños hoteles, modestos pero limpios y acogedores. Otra opción típica es alojarse en casas privadas, alquilando una habitación con baño. Es importante tener en cuenta que la tarjetas de crédito apenas sirven en ningún establecimiento.

Jacob Roggenvee llamó Isla de Pascua a este lugar porque lo descubrió el domingo de Pascua de Resurrección de 1722. El español Felipe González de Haedo anexionó la isla a la Corona Española en 1770, rebautizándola Isla de San Carlos en honor al rey Carlos III.

Inicio de una leyenda

De las leyendas del origen de la Isla de Pascua, se desprende que ésta sería la única salvada de una gran catástrofe donde todo un archipiélago desapareció en el centro del Pacífico Sur.

Fue el capitán holandés Jacob Roggenveen el primer occidental en llegar a la Isla de Pascua en 1722 encontrando una tierra devastada por la erosión, la sobrepoblación y las luchas internas. Tampoco le pasó desapercibido el hecho de que en esa porción de tierra coexistieran dos etnias antropológicamente diferentes. Cuyas diferencias sobrevivían pese a la frecuencia con que se llevaban a cabo matrimonios mixtos. Las comunidades en sí apenas recordaban sus diferencias originales, pero a Roggenveen le quedó claro que mientras uno de los grupos nativos era de estatura media-baja y mostraban una piel morena, el otro sobrepasaba la media normal de la zona, siendo unos indígenas de rasgos más indoeuropeos, que mostraban una tonalidad dérmica mucho más clara.

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Aunque, lo que más llamó la atención a esos exploradores fueron las cientos de estatuas enormes diseminadas a lo largo de la geografía de la isla e incluso el cómo decenas de ellas habían quedado sin terminar. La teóricamente antigua sociedad rapa nui desarrolló complejas y variadas metodologías para la fabricación, transporte y colocación de los moais: grandes bloques de piedra volcánica que semejan a una cabeza y torso humano, con un promedio de 10 toneladas de peso.

Moais: ¿Autoretratos de los gigantescos dioses con sombreros?

Imponentes y colosales vigilantes de piedra volcánica. Esculpidos en una sola pieza y dispuestos en torno a la costa a modo de límite imaginario. En total 550 enigmas pétreos oscilando entre los 4 y 20 metros de tamaño, todas en pie y distantes las unas de las otras. Sus rasgos aguileños y acusados muestran unas grandes orejas que sobresalen de sus enormes cabezas, a veces rematadas con un amplio sombrero de gran tonelaje.

Estatuas fabricadas en la propia isla según hacen pensar los enormes cráteres que se localizan en el interior de la isla, donde se piensa estuvieron los talleres en que los artesanos (?) las realizaron hace sólo cuatro siglos, es decir hacia 1550. Pero además es de señalar que ese medio millar de esfinges no son las únicas halladas en la Isla de Pascua. Las canteras abandonadas guardan en sus entrañas rocosas muchas de estas enigmáticas figuras inconclusas.

La escasez del espacio geográfico hace impensable imaginar que hubiese fuerza humana suficiente para realizar la obra y ubicarla a lo largo de la isla. Los recursos de esta tierra no hubieran sido suficientes para alimentar una sociedad tan multitudinaria. ¿Quiénes habitaban en realidad la isla?, ¿qué técnicas utilizaban para la realización de tan esforzado trabajo?. En realidad, ¿qué sentido tenía todo?.

Origen misterioso de la Isla de Pascua

Pero el propio descubrimiento de la Isla de Pascua por los que se suponen fueron sus primeros habitantes nos evoca un hecho insólito, que extraemos de la tradición oral de la isla. En Hiva (teórico continente perdido en el Pacífico; actualmente en las Islas Marquesas el vocablo Hiva significa clan), el nativo Hau Maka tuvo un sueño en el cual su espíritu viajó a un país lejano, buscando una residencia para el rey Hotu Matua.

Hau Maka llamó a su isla imaginaria Te Pito O Te Kainga un Hau Maka (El pequeño pedazo de pista de Hau Maka). Cuando el rey Hotu Matua escuchó el sueño no dudó en enviar exploradores jóvenes, entre ellos sus hijos Ira y Raparenga, para hallar su próxima morada. Pero los viajeros no fueron a ciegas, sino que aquel ensoñamiento de Hau Maka le indicó perfectamente el camino a seguir para encontrarla, cosa que hicieron. Aquel sueño le había dado las coordenadas concretas para encontrar la isla:

- lunga i (viento arriba, en el sudeste)
- tau de e (hacia afuera)
- ro a del revareva de e (como contorno permanente)
- i raa del te del roto i (en medio del "levantamiento" del sol)

Esta historia la vemos reflejada en La Octava: El establecimiento de los polinesios de la Isla de Pascua, de Thomas S. Barthel (publicado en 1974 en alemán, y traducido en 1978 en la Universidad de Honolulu -Hawaii). Encontramos otras versiones del mismo mito, pudiendo destacar: Te Pito Te Henua, o la Isla de Pascua, informe que realizó W.J. Thomson y El misterio de la isla de Pascua, de Katherine Routldge.

La tradición nos informa que los primeros que llegaron a la isla tenían el pelo rojo y la piel blanca. En los dibujos de los incas del Perú existen caras de seres humanos de piel blanca, pelo rojo y orejas largas, que fueron constructores de gigantescas estatuas de piedra, y que desaparecieron hace mucho tiempo en el Pacífico navegando en sus botes de juncos hacia la caida del sol, afirmó el noruego Heyerdahl en su teoría que intenta echar por tierra el origen polinésico de los habitantes de la Easter's Island, porque expone que la Polinesia fue repoblada por los pre-colombinos.

De Viracocha, el dios con rostro de jaguar de Tiahuanaco, de cuyos enormes ojos brotaban lágrima áureas que eran vida, según se afirma del Sol en los arcaicos mitos de los indios de la altiplanicie peruana; de este bizarro dios blanco se decía que había desaparecido un buen día hacia el oeste, adentrándose en el mar. ¿Por qué se asemeja tanto esta divinidad a Kon-Tiki, Illatiki o Tiki, el dios, semidios o antepasado sagrado de los pueblos de la Polinesia? ¿Procedieron de Tiahuananco los primeros pobladores de Rapa Nui?

Los orejas grandes, Caídos del Cielo

Los pascuenses a diferencia con otras antiguas culturas guardan pocas leyendas sobre sus orígenes. Como si su recuerdo estuviera de alguna manera limitado por algún salto generacional. Una pérdida hereditaria común a las diferentes etnias indígenas.

Después de muchos quebraderos de cabeza, los arqueólogos han terminado por pensar que pudieron existir en la isla al menos tres culturas sucesivas. Para llegar a esta conclusión se basan en la existencia de unas tablillas con jeroglíficos muy anteriores en el tiempo a los moais. Restos sin descodificar aún, pero que reafirman la existencia de esa cultura desconocida y distinta a la hallada por el capitán holandés. Arthur Posnansky, en su obra Guía general ilustrada de Tiahuanaco, muestra inscripciones nuevas con la misma escritura en rocas de las dos islas sagradas del lago Titicaca. También apuntó la semejanza existente entre esta escritura y las enigmáticas inscripciones halladas en la Isla de Pascua.

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Es relato de uso en la actual Rapa-Nui el que los antiguos pobladores llegaron desde otra isla tal y como se comenta en líneas anteriores. Un tierra mucho más al sur, que se hundió bajo las aguas hasta desaparecer en ellas. Pero el relato contiene su propia ciencia-ficción que se inicia con la posterior llegada de unos extraños humanos de orejas grandes. Estos hombres más que venir, descendieron de los cielos y se asentaron en uno de los extremos de la isla. Todos eran varones y para procrear necesitaron mezclarse con las hembras nativas, es decir las orejas pequeñas (los pobladores venidos del sur). Pero estas relaciones no fueron del todo positivas, por lo que se inició una guerra, en la que fueron exterminados casi todos los orejas grandes. Los supervivientes desaparecieron engullidos por una extraña explosión dentro de algo que volaba hacia los cielos.

Isla de Pascua... ¿Reducto de un Continente?

John Macmillan Brown, erudito y filólogo británico, expone en una de sus obras, concretamente en The riddle of the Pacific (1924), que en el océano Pacífico hubo en otro tiempo un continente. Dicho continente habría estado poblado por blancos procedentes de América. Y precisamente, según el propio autor, la Isla de Pascua sería uno de los últimos vestigios donde apoyar su teoría.

Brown cursó sus estudios en Glasgow y Oxford, ocupando en 1874 la cátedra de Lengua Inglesa, Historia y Economía Política en el Canterbury University College. Al jubilarse en 1895, Brown se afincó en Nueva Zelanda. Las ideas y creencias que Brown tenía para apoyar la hipótesis del continente en el Pacífico habían sido adquiridas a través de sus conocimientos y sus viajes por dicho océano. Y aunque la mayor parte de historiadores no tomaron nunca en serio la teoría del continente perdido de Brown, si que prestaron su atención ante la idea de que los polinesios (y por ende, los habitantes de la Easter's Island) tuvieran un origen indoario.

A vueltas con los Moais

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Después de analizar, clasificar y catalogar 887 moais, la arqueóloga norteamericana Van Tilburg ideó un sistema que permite levantar bloques de 10 toneladas con el sólo uso de troncos, cuerdas y la fuerza humana. El sistema en si estaba inspirado en las balsas y en las canoas que habría desarrollado el pueblo rapa nui para llegar a la Isla de Pascua desde su lugar de procedencia, la Polinesia. Y de esta forma el equipo de la doctora Van Tilburg logró transportar un moai de cuatro metros de altura utilizando su método, pudiendo demostrar en la práctica la exactitud de sus hipótesis y cálculos.

Con la intervención de sofisticados programas informáticos simuló anteriormente todo los pasos a seguir, calculando que necesitaría a unas 40 personas para realizar todo el trabajo. Las estatuas fueron transportadas en una especie de cuna con forma de V, construida de palmeras y troncos , la cual se desplazaba sobre rieles del mismo material.

Además todo era empujado con dos grandes cuerdas paralelas, mientras algunos de los participantes se dedicaban a guiar el movimiento del moai mediante grandes timones de madera. Los marineros polinesios desarrollaron avanzadas tecnologías de navegación. Construían canoas dobles de 30 metros de largo para explorar las islas. Fue esta tecnología la que permitió a los rapa nui erigir las monumentales esculturas que los han hecho famosos, afirma Van Tilburg.

El descubrimiento que ahora sale a la luz tuvo sus inicios hace varios años, aunque fue en Abril de 1999 cuando un equipo internacional de expertos (entre ellos el arqueólogo chileno Claudio P. Cristino, profesor de Prehistoria de la Universidad de Chile; el artista pascuense Cristián Arévalos Pakarati; Darus Ane, fundador de la Long Beach's Kahakai Outrigger Canoe CLub; Edmundo Edwards, vicepresidente de la Eastern Pacific Research Foundation; Santi Hito, escultor; el arquitecto, Vicent R. Lee; Ted Ralston, promotor; Zvi Shiller, profesor de la Mechanical and Aerospace Engineering Departament de la UCLA y Johannes Van Tilburg, arquitecto) se trasladó a la isla. Fabricaron la réplica exacta de un moai.

El desafío del experimento era transportar la escultura desde su origen a un Ahu o plataforma ceremonial, donde le instalarían el Ton Pukao (especie de sombrero situado en la cabeza del moai). Nuestro experimento demostró que 40 personas eran capaces de empujar una de estas esculturas, explicó Van Tilburg y añadió que creemos que el trabajo era realizado por hombres, mujeres y niños, ya que este tipo de participación comunitaria era algo muy necesario y valioso en la prehistoria.

Por último la doctora Jo Anne Van Tilburg señala que el método que yo sugiero es lógico y probable (...) Los rapa nui era gente muy ingeniosa y pudieron utilizar otros métodos también, porque cada estatua presentaba sus propios problemas. La científica estadounidense también opina sobre otros puntos oscuros de la historia de esta sociedad tribal, ya que para ella: el precio que ellos pagaron para mantener la articulación de sus ideas espirituales y políticas fue el aislamiento del resto del mundo cuando ellos vinieron aquí, en muchos de sus aspectos, pero les quedó una sombra de su forma de ser natural.

De todas formas, parece que se ha aclarado un poco más, si cabe, el misterioso origen de los moais, o por lo menos la forma en que los transportaron. La hipótesis de algunos astroarqueólogos que veían una impresionante tecnología en el transporte de los moais y la participación en ella de entidades de origen extraterrestre queda un poco desfasada, o por lo menos aparcada hasta que surja -de aparecer- otra nueva hipótesis que pueda apoyarla. Pero sería conveniente citar algunas teorías e ideas que se han vertido entorno a este tema. Y al hablar de astroarqueología, no podemos olvidar al siempre controvertido científico suizo Erich Von Däniken que en su obra Meine Welt in Bildern (El mensaje de los dioses, traducida al castellano en 1976 por Ediciones Martínez Roca) ya nos dice: La Isla de Pascua es una piedra angular en el mosaico de mi cosmovisión. Von Däniken no oculta así el gran interés que tiene por el enclave chileno.

Según él: cosmonautas de otro mundo visitaron a los nativos y les suministraron herramientas perfeccionadas, que podían manejar los sacerdotes o hechiceros; éstos extrajeron de la lava las grandes masas de piedra y les dieron forma. Los extraños visitantes se marcharon. Como toda herramienta abandonada, también éstas se fueron enmoheciendo hasta quedar inservibles. Considero verosímil que los isleños que habían aprendido a utilizarlas emigraran a otros lugares o murieran. Sus descendientes, de cultura primitiva, eran incapaces de fabricar nuevos instrumentos de ese calibre (...) Y un día, de repente, los nativos tuvieron la loca ambición de concluir la obra antaño comenzada. Al faltarles las antiguas herramientas, atacaron la lava con las suyas propias: los picos y hachas de sílex (...) Los hombres acabaron por resignarse y renunciar a sus esfuerzos; sus primitivas herramientas quedaron abandonadas y esparcidas a cientos por las cercanías del cráter. Queda así expuesta la teoría de Von Däniken, que como en otras muchas ocasiones verá un origen extraterrestre en avances impensables en primitivas civilizaciones humanas. Para Jo Anne Van Tilburg la teoría de Von Däniken es puramente hipotética porque de ninguna forma hay pruebas de su hipótesis.

¿Otras posibles formas de mover moais?

Pero a lo largo del transcurrir de la historia se han ido vertiendo otras muchas teorías, desde casi todos los campos del saber humano, sobre los moais. En un lugar destacado encontramos la del etnólogo noruego Thor Heyerdahl nacido en Larvik en 1914. Este estudioso es defensor de la teoría según la cual el poblamiento de la Polinesia tuvo lugar desde Sudamérica en época precolombina, organizando en 1947 una travesía en balsa (expedición Kon-Tiki) que partiendo del puerto peruano de Callao llegó hasta el atolón de Raroia.

También intentó demostrar que los antiguos egipcios podían haber llegado al continente americano, y para demostrarlo fabricó un barco de papiro con el que consiguió atravesar el Atlántico en 1970, desde Marruecos hasta las Barbados (expedición Ra II). Entre las numerosas obras que Heyerdahl ha escrito podemos nombrar: La expedición de la Kon-Tiki (1948), Indios de América en el Pacífico (1952), Aku-Aku (1957) y Las expediciones Ra (1971). Y conocido ya el autor de la siguiente teoría pasamos a exponerla.

Según el etnólogo noruego fueron precisamente los nativos isleños los que mediante sus rudimentarios picos y hachas de sílex moldearon esos bloques de piedra volcánica en las paredes de los cráteres. El método que según Heyerdahl utilizaron era el poner la estatua en una plataforma creada por tres especies de horquillas. 180 isleños estiraban el artefacto a través de dos sogas que situaban a cada lado del ingenio. Es una hipótesis sencilla y lógica, quizás una de las más similares a la de la doctora Van Tilburg.

Aunque si comenzamos a estudiar de forma más o menos exhaustiva la magnífica obra realizada nos surgen interrogantes demasiado difíciles de contestar, entre ellas el cómo pudieron los escultores rapa nui lograr la perfección que nos muestran los moais, cómo pudieron evitar astillar o desmembrar algunos rasgos de las figuras al golpear con sus toscas herramientas sobre la piedra. Y en lo referente a la forma de transportar los moais con estos objetos, Van Tilburg cree que con la fuerza de 180 nativos no podrían mover de esta forma un bloque de 10.000 kilos, sino que necesitaría la fuerza bruta de unas 1.500 personas para mover el moai desde su cantera hasta colocarlo de forma erecta en un Ahu o plataforma funeraria.

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Otra teoría más sobre cómo se ubicaron los moais la realizó William Mulloy en 1960. El método que aplicaron según Mulloy era el envolver la estatua en dos troncos gigantes formando una V, en la intersección de los troncos colocar dos cuerdas. Una para mantener los troncos rígidos y otra soga para coger al moai. El vientre del moai quedará protegido con unos troncos situados a modo de base de un trineo. Para aplicar esta formula Mulloy estimó que sería necesario solamente unas 90 personas para recorrer las cuatro millas (6 kilómetros) que separan los dos puntos de viaje. Las limitaciones de este método caen sobre su propio peso, ya que los troncos que se deben situar en la parte delantera del moai no pudieron ser lo suficientemente fuertes como para mantener la estatua protegida durante el trayecto, eso si durante la elevación no se ha escapado el moai de su anclaje para colocarle el peto.

Haciendo caminar a los moais

El checo Pavel Pavel en 1982 también lanzó su propia teoría. El método en si está basado en las leyendas y tradición oral nativas que afirmaban que los moais paseaban hasta situarse en su definitiva ubicación. Pavel se basa en que cada estatua tiene un centro gravitatorio gracias a su gran base y su estrecha cabeza. Utiliza un grupo reducido de 17 personas que a su vez divide en dos grupos. Con una cuerda rodea la cabeza del moai y con otra la base, y así intentan hace andar la replica de moai poco a poco. Usando este método, Pavel Pavel estima que cada día se puede mover el moai unos 650 pies. Las dificultades de esta hipótesis son obvias ya que el terreno no es regular en la isla, sino que en su mayoría es angosto y con desniveles. Thor Heyerdahl ha realizado un cálculo con la aplicación de este método que reduciría a 320 pies por día para mover una estatua de 20 toneladas.

Por último vamos a conocer la hipótesis que en 1980 planteó el estadounidense, Charles Love. Varias cuerdas rodearían la frente de la estatua con el objetivo de poder ir elevando su base para colocarla sobre unos troncos colocados a forma de rail y una plataforma de troncos situada encima de los anteriores. Para Love esa sería la forma de pasear del coloso de Rapa Nui, que se mantendría durante todo el trayecto de pie. Los cálculos de Charles Love estiman que unos 25 hombres podrían hacer el recorrido de unos 150 pies en unos dos minutos. Van Tilburg opina que: este método es superior al de la inclinación, pero es extremadamente peligroso. La logística a utilizar según la sugerencia de este método es peligrosa e imposible para hacerlo rodar por el terreno de Rapa Nui.

El detalle que siempre se queda relegado bajo el suelo

Y si se puede subrayar de misterio actual el enigma moai, pues apenas tiene 272 años, debe remarcarse que éste no es el único misterio de la Isla, y que algunos tienen una antigüedad superior. Ejemplo son sus túneles que perforan el lugar silenciosamente desde hace milenios.

Y es que en Pascua se hallaron estas perforaciones que comunicaban la isla con el mar. Y se cree que en la época en que estas leyendas se originaron, las vías subterráneas pudieron tener alguna utilidad: comunicar la isla con otras, o hacer descender los moais hasta el mar, para luego ser enclavados en la costa .

¿Desaparecieron por allí los orejas grandes?. Así sin más desvanecidos entre las interrogantes que dejaron a su paso por la isla. No sería del todo descabellado si nos atenemos a otro suceso de desaparición súbita multitudinaria que vivió otra cultura en una isla no muy lejana geográficamente a Rapa-Nui. Por supuesto nos referimos a los moradores de Ponapé. En su día el centro de un reino que controló la sociedad de numerosas islas de la polinesia. Sólo que en este caso hablamos de milenios. Que no han podido borrar el rastro de su existencia (ruinas y restos arqueológicos difuminados en incontables islas polinésicas). Ponapé, la capital rica en templos de basalto y colosales palacios, llena de canales y sostenida sobre una serie de subterráneos de función desconocida. Esta zona vio como sus viviendas, plazas públicas, mercado y el enorme tonelaje de su arco de piedra quedaba abandonado, desierto, sin rastro de sus pobladores, sin datos sobre sus orígenes o identidad. Pero sobre todo sin información sobre el destino que corrieron.

Coincidiendo el misterio, ronda puntos geográficos distintos en el tiempo

A kilómetros de distancia de Isla de Pascua, el investigador Pero Ruzo se dedicó a observar otras moles pétreas enigmáticas, que sin sentido ni utilidad aparente se encontraban a 3.600 metros sobre el nivel del mar custodiando las laderas andinas cercanas a la meseta de Marcahuasi, Perú. Un lugar cuyos moradores también abandonaron de forma espontánea sin razón aparente y dejando el misterio de su biografía para la posterior ciencia. Y Pero Ruzo se dio cuenta que aquellas moles de roca que parecían no representar nada, vistas a ciertas horas del día y lugares concretos, guardaban grabados, dibujos de figuras y animales desconocidos, algunos prehistóricos y extinguidos hace miles de años.

Moais, gigantescos bustos de desconocidos personajes extranjeros. Como así mismo lo eran los olmecas. Que también a cientos de kilómetros de Pascua hicieron algo muy parecido a los escultores Rapa-nui, al construir gigantescas cabezas de piedra esculpidas con habilidad y herramientas desconocidas, que presumiblemente retratan a los cabeza de clanes olmecas. El descubrimiento llevado a cabo por J.M. Melgar y Serrano, en Tres Zapotes (Veracruz) se realizó en 1869 trajo consigo pequeñas sorpresas. Una de ellas por ejemplo es la esfinge de un etiope de facciones negroides, cuya cabeza estaba tocada con un yelmo o casco. El tallamiento y su posterior colocación en el lugar de exposición al igual que en el caso de los moais sigue siendo toda una aventura por descifrar.

IMAGENES

01: Cabeza Moai. | 02: La Isla de Pascua. | 03: Moais de espaldas al mar. | 04: Espíritus de los ancestros velando por la tradición. | 05: Moais en alineamiento, guardianes del lugar. | 06: Rapa Nui | 07: Fondos y grutas submarinas. | 08: Cabezas de Moais, de caracter totémico.

http://www.espinoso.org/biblioteca/IsladePascua.htm

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miércoles, 6 de julio de 2011

Los Incas, sus orígenes, su evolución y la conquista española

Históricos

Francisco Pizarro

Hernán Cortes

Los aztecas

Los Mayas

Ciudades Mayas

La Conquista de Perú Por Pizarro


Los Incas, sus orígenes, su evolución y la conquista española

Introducción:

Los pueblos que habitaban América antes de la conquista europea tenían diversas formas de organización económica, social y política. Algunos habían desarrollado sociedades urbanas y otros sólo practicaron una agricultura simple o eran cazadores y recolectores. Los aztecas y mayas, en la región mesoamericana, y los incas, en la andina, desarrollaron sociedades urbanas. En estas sociedades, la construcción de complejas obras de riego y la aplicación de técnicas agrícolas habían favorecido el crecimiento constante de la producción agrícola y de la población. Se habían desarrollado las ciudades y la organización social estaba fuertemente jerarquizado.

Entre los aztecas y los incas, como entre los mayas, los guerreros y los sacerdotes conformaban el grupo privilegiado y ejercían el gobierno. La mayoría de la población, compuesta por campesinos y trabajadores urbanos, debía entregar fuertes tributos en productos y trabajo. Estas sociedades estaban organizadas y gobernadas por fuertes Estados teocráticos, llamados así porque toda la autoridad residía en los sacerdotes y porque el jefe del Estado era considerado como un dios. Por esto, las primeras ciudades se organizaron alrededor del centro ceremonial o templo. Los templos eran edificios que tenían funciones religiosas y también económicas, dado que almacenaban y distribuían los productos tributados por los campesinos.

A la llegada de los españoles, las únicas sociedades urbanas que existían en América eran la azteca y la inca; la cultura maya había desaparecido en el siglo XI d.C.

La mayoría de los pobladores de América vivían de una agricultura simple, de la caza y de la pesca de animales y de la recolección de frutos. Muchos de estos pueblos eran nómadas y prácticamente no existía la división del trabajo. Estaban distribuidos a lo largo de todo el continente americano, desde Alaska hasta Tierra del Fuego.

La organización jerárquica de la sociedad. Las sociedades azteca e inca fueron sociedades urbanas que tuvieron una organización económica, políticas social del mismo tipo que las sociedades .urbanas que existieron en el Cercano Oriente desde el 3000 a. C. Los americanos también desarrollaron sistemas de escritura y de numeración; la religión fue la manifestación espiritual más importante y regía la mayor parte de los actos de la vida cotidiana de la población; y el arte alcanzó una elaborada complejidad.

Los Incas, sus orígenes, su evolución y la conquista española

PRIMERAS CIVILIZACIONES PRECOLOMBINAS

Los Pucarás de Tilcara en la provincia de Jujuy (Argentina), fueron construidos de piedras y tenían una función militar, formaban parte de la red del Camino del Inca en territorios calchaquí y diaguitas. La red del Camino del Inca abarcaba unos 40.000 km. de largo. A través de él se logró unir a mas de cien poblaciones difundiendo sus creencias, religión y lengua (quechua)

Los Incas: Machu Pichu y el Cuzco: El Cuzco ocupa un valle situado a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Se atribuye al Inca Pachacutti (1438-1471) la reconstrucción del Cuzco como una ciudad monumental En ella se instalaron grandes almacenes de granos, barrios, un complejo sistema de riego y depósitos de todo tipo. Los templos y los pucarás (construcciones militares) ocuparon un lugar preponderante en la ciudad. La construcción de Machu Pichu fue un claro ejemplo de ello. Fue construida en el Cuzco a alturas casi inaccesibles, con fines religiosos y militares.

Según la leyenda fueron cuatro hermanos los fundadores de la familia Inca. A Manco Capac considerado como héroe y un dios, fue el fundador del Cuzco, la ciudad capital del imperio Inca. A partir de Manco Capac se le sucedieron 13 incas en el gobierno, el último fue Atahualpa quien reinaba cuando llegaron los españoles.

Los incas constituyeron un poderoso imperio que logró la expansión territorial en la época en que Colón iniciaba su viaje hacia lo desconocido. Abarcó desde las sierras de la actual Colombia hasta el norte de Chile y de la Argentina, y desde la costa del océano Pacífico hasta el este de los bosques del río Amazonas. Los incas eran un pueblo originario de las sierras y desde allí dominaron, mediante la guerra de conquista, a los pueblos de las otras zonas. Establecieron la capital de su imperio en la ciudad de Cuzco, a la que consideraban el centro del universo. El imperio, que ellos llamaban Tahuantinsuyo -que quiere decir las cuatro partes del mundo-, estaba dividido en cuatro regiones, las que, a su vez, se subdividían en provincias. Al frente del imperio estaba el Inca, y las zonas conquistadas estaban dirigidas por los curacas o gobernadores de provincia.

Organización económica y grupos sociales

La agricultura fue la base de la economía del imperio incaico. La producción era muy variada y los cultivos más importantes eran el maíz y la papa. Los incas aplicaron diferentes técnicas agrícolas que mejoraron el rendimiento de los cultivos. En la zona árida de la costa usaron el guano -excremento de aves marinas- como fertilizante de las tierras y construyeron canales de riego. En el interior, sobre las laderas de las sierras, cultivaban en terrazas. Además, el dominio de pueblos que habitaban diferentes zonas les permitió obtener, mediante el pago de tributos, productos que no había en su propio hábitat. En la sociedad incaica se podían diferenciar varios grupos sociales.

La nobleza real incaica estaba formada por los sacerdotes, los guerreros y los funcionarios. Controlaban el Estado y vivían de los tributos que entregaban los campesinos. A este grupo social pertenecía el Inca. Los curacas, o nobles de provincia, eran los nobles que gobernaban a los campesinos organizados en comunidades (ayllus). Su instrucción se realizaba en el Cuzco. Eran los responsables de recibir los tributos de los ayllus, que luego entregaban al Estado incaico.

El ayilu era la comunidad de campesinos unidos por vínculos familiares, que tenían antepasados en común y habitaban un mismo territorio. El Estado entregaba tierras a cada comunidad para su subsistencia. Anualmente, un funcionario local asignaba parcelas a cada familia según el número de sus componentes. Pero los campesinos no eran propietarios de las tierras y estas parcelas eran trabajadas colectivamente por todos los miembros de la comunidad. El ayllu debía entregar fuertes tributos en productos y en trabajo al Estado y a los curacas.

En las laderas de la sierras, el cultivo en terrazas permitió un mejor aprovechamiento de la tierra fértil y facilitó el riego. Como técnica de labranza el palo cavador y una maza de cabeza de piedra, no conocían la rueda.

La cría de llamas y de alpacas fue una actividad importante en la economía incaica. De ella obtenían lanas, carne y se usaban como animales de trabajo. La llama aunque no soporta más de 45 Kg. de peso soporta las grandes alturas.

Entre los incas las tierras se dividían en tres zonas: las tierras de las comunidades, cuya producción alimentaba a las familias campesinas, la del Inca que mantenían al Inca , a los sacerdotes y el ejército, y las del Sol, con las que se mantenía el culto a los dioses. Los campesinos debían obligatoriamente trabajar en todas.

Quinua: Conocida como "cereal madre" en la lengua quechua, la quinua (también quinoa) fue el alimento básico de los Incas durante miles de años, unido a su religión y su cultura. Con la llegada de los conquistadores su cultivo fue substituido por maíz y patatas y en muy poco tiempo, la quinua desapareció con la aniquilación de esta cultura. Actualmente vuelve a cultivarse en los Andes, se siembra con éxito en Inglaterra y algunas de sus variedades, en diversos países. La Chenopodium quinoa, a pesar de ser una planta, ha sido clasificada como pseudo cereal, poseyendo el mayor índice de proteínas, calcio, fósforo, hierro y magnesio que los demás cereales. Contiene también todos los aminoácidos esenciales, es rica en fibra y vitaminas del grupo B y no contiene gluten. Siendo un grano blando, muy digestivo, de rápida cocción y apreciable sabor, además de sus propiedades nutritivas, es muy fácil de usar y se comercializa en infinidad de formas ; en grano, copos, harina, pasta, panes o snacks.

El Estado Incaico

El Estado incaico fue teocrático porque el emperador, el Inca, era reconocido como el hijo del Sol, el dios más importante. Un consejo de nobles y sacerdotes, llamados orejones y pertenecientes a la familia real, asesoraba al Inca en las tareas de gobierno.

La gran expansión del imperio fue posible por la cuidada organización de la fuerza militar. Para facilitar el desplazamiento de sus ejércitos, los incas construyeron una vasta red de caminos. La existencia de tambos o postas a lo largo de esos caminos servía para el descanso de las tropas en campaña y para el recambio de animales y armas.

Todos los pueblos que pertenecían al imperio tenían la obligación de entregar al Estado una determinada cantidad de alguna materia prima o de productos manufacturados, según la producción característica de cada zona.

Además, la población estaba obligada a realizar trabajos individuales en beneficio del Estado, los curacas o los sacerdotes. Por esto, personas y productos recorrían también permanentemente el Camino del Inca. La sociedad incaica funcionaba sobre la base de la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad era común entre las comunidades de campesinos de la región andina. Consistía en la práctica entre todos los miembros de una comunidad. Por ejemplo, los habitantes de un ayllu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las parcelas de subsistencia; y, en ocasión de un matrimonio, toda la comunidad ayudaba a levantar la casa de los recién casados. Los incas incorporaron el principio de reciprocidad de los ayllus como una de las bases del funcionamiento económico y social de su imperio. La redistribución suponía el reconocimiento por parte de los campesinos de los diferentes niveles de autoridad que existían en la sociedad.

Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban en aldeas, caminos y ciudades. Allí eran contabilizados por funcionarios especializados que comunicaban a los administradores del Cuzco las cantidades de cada producto mediante el uso de quipus, contadores hechos con tiras de cuero en las que se realizaban nudos. De este modo, el Inca conocía las cantidades de excedente y en qué regiones del imperio sobraban o faltaban determinados productos. Cuando algunos pueblos del imperio no podían satisfacer sus necesidades básicas porque las regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado incaico redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y productos manufacturados almacenados. También utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos de las constantes expediciones militares, y para premiar los servicios realizados por algunos funcionarios generalmente nobles.

Reciprocidad y Distribución: La sociedad incaica funcionaba sobre la base de la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad era común entre las comunidades de campesinos de la región andina. Consistía en la práctica entre todos los miembros de una comunidad. Por ejemplo, los habitantes de un ayllu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las parcelas de subsistencia; y, en ocasión de un matrimonio, toda la comunidad ayudaba a levantar la casa de los recién casados. Los incas incorporaron el principio de reciprocidad de los ayllus como una de las bases del funcionamiento económico y social de su imperio.

La redistribución suponía el reconocimiento por parte de los campesinos de los diferentes niveles de autoridad que existían en la sociedad. Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban en aldeas, caminos y ciudades. Allí eran contabilizados por funcionarios especializados que comunicaban a los administradores del Cuzco las cantidades de cada producto mediante el uso de quipus, contadores hechos con tiras de cuero en las que se realizaban nudos. De este modo, el Inca conocía las cantidades de excedente y en qué regiones del imperio sobraban o faltaban determinados productos. Cuando algunos pueblos del imperio no podían satisfacer sus necesidades básicas porque las regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado incaico redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y productos manufacturados almacenados. También utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos de las constantes expediciones militares, y para premiar los servicios realizados por algunos funcionarios generalmente nobles.

Los tributos de las comunidades campesinas dados al Estado eran de tres tipos:

1. Trabajos colectivos en las tierras del Inca

2. Trabajos individuales periódicos y rotativos a los que llamaban mita, con este sistema se construían puentes y caminos.

3. Las comunidades debían entregar a los curacas alimentos, materia primas y productos manufacturados.

PRESAGIOS Y PROFECÍAS DE LA DERROTA INDÍGENA
Los incas creían en muchos dioses. El dios Viracocha era considerado el dios de la vida, del Sol y de la Luna. Todos los demás dioses estaban subordinados a él. Al Sol se le atribuía los beneficios que hacía prosperar la agricultura.

La llegada de los europeos a América fue anticipada por presagios y profecías de origen azteca e inca. De los aztecas han llegado hasta nosotros fragmentos escritos. En el caso de los incas, que no tenían escritura, las noticias provienen de la tradición oral indígena y de los testimonios que dejaron los cronistas de la época.

Los presagios aztecas anunciaban que el retorno del dios Quetzalcoátl (imagen izq.) se produciría al final del reinado de Moctezuma y lo haría bajo la forma de un hombre blanco. Antes de su llegada -afirmaban- ocurrirían una serie de fenómenos naturales y catástrofes. Los testimonios así lo enunciaban:

"De aquí a muy pocos años nuestras ciudades serán destruidas y asoladas, nosotros y nuestros hijos muertos..."

Y prevenían al emperador:

"perderéis todas las guerras que comiences y otros hombres con las armas se harán dueños de estas tierras..."

Las profecías comenzaron a cumplirse a los tres años de la ascensión de Moctezuma al trono. En 1510 se sucedieron un eclipse de Sol y la aparición de un cometa. Al poco tiempo Hernán Cortés desembarcó en las costas de México... y no pasó mucho tiempo hasta que los indígenas tomaron conciencia de que no era precisamente el dios que aguardaban.

En el imperio de los incas la llegada de los españoles también fue precedida por presagios y profecías. Se anunciaban fenómenos naturales: rayos, cometas y cambios en el color del Sol y la Luna. El cronista Garcilaso de la Vega cuenta al respecto:

"Hubo grandes terremotos y temblores de tierra (a poco de arribar los españoles) que, aunque en el Perú son frecuentes, notaron que los temblores eran mayores que los ordinarios, y que caían muchos cerros altos."

Los incas esperaban también el retorno de un dios salvador, Viracocha. Por ello cuando tuvieron noticias de la llegada de Pizarro, muchos creyeron que era la esperada divinidad:

"Quién puede ser sino Viracocha... era de barba negra y otros que lo acompañaban de barbas negras y bermejas".

Pero los españoles pronto disiparon la ilusión de los incas, según lo afirmaba un cronista de origen indígena:

"Pensábamos que era gente grata y enviados de Viracocha, pero paréceme que ha salido al revés, hermanos, que estos que entraron a nuestras tierras no son hijos de dios sino del demonio."

Artes, ciencia y legado cultural:
Utilizaban eL adobe (ladrillo de arcilla secado al sol) o la piedra para sus construcciones, Las cuaLes carecían por Lo general de ventanas (La luz entraba por pequeños nichos y por Las puertas abiertas en Los muros). EL ajuste de las piedras resultaba tan perfecto, que entre una y otra no quedaban separaciones. Conocieron el falso arco, pero lo aplicaron sólo en bóvedas pequeñas.

EL carácter de La arquitectura estaba dado por: fortalezas militares o pucarás (puntos estratégicos en Lo alto de las serranías como Machu-Picchu), edificios religiosos (como eL templo del Sol en Cuzco, en parte revestido con oro), palacios y arquitectura funeraria (que variaba, desde el simple pozo hecho en La habitación del muerto a las chupas, de forma piramidal). También hicieron caminos, salvando los desniveles del terreno con escalinatas.

Existían dos caminos públicos que unían Cuzco con Quito con tampus, edificios que se elevaban de tanto en tanto destinados a servir como posadas. En cuanto a la cerámica, el elemento típico fue el aribalo (imagen derecha: vasos de cuello estrecho y Largo, con dos asas en los costados y dibujos geométricos), que utilizaban para almacenar agua. Trabajaron La madera y conocieron la técnica del laboreo de los metales, cincelando la plata, el oro y el cobre, al que agregaban estaño para obtener bronce.

Tuvieron un desarrollo textil importante. Utilizaron Lana de vicuña y algodón. Fueron amantes de la música y sus instrumentos eran tambores y caracolas marinas. (imagen izq. quipus)

El calendario inca o año solar, constaba de doce meses de treinta días cada uno, más cinco días finales. Cada mes tenía su nombre y se dividía en semanas. El año empezaba eL 22 de junio. También tuvieron el año Lunar, que era de 354 días y se hacía corresponder con eL solar, añadiéndole once días repartidos entre los meses. La lengua propia era el quechua o quichua.

No tuvieron escritura, pero sí un sistema para recordar ciertos hechos: Los quipus (cuerda eje de La que colgaban otras de distintos colores; en cada cuerda se hacia un nudo, cuyo significado dependía de la ubicación). Los quipucamayos eran los únicos que descifraban los quipus. Un servicio útil relacionado con los caminos era eL de Los chasquis o correos, que tenían por objeto Llevar las órdenes del Inca a través del Imperio.

LOS PRIMEROS ASENTAMIENTOS ESPAÑOLES

Los primeros asentamientos españoles se ubicaron en las islas Antillas. Desde la ciudad de Santo Domingo en la isla que Cristóbal Colón llamó La Española -actual territorio de Santo Domingo y Haití-, se organizaron la primera recolección de oro americano y la conquista de las islas adyacentes y del continente.

Entre 1492 y 1520, los españoles no obtuvieron de los territorios conquistados las riquezas esperadas -especias y grandes cantidades de oro sino sólo perlas, algo de azúcar y una escasa cantidad de oro. Pero el oro que los españoles encontraron en las Antillas era de aluvión: pepitas arrastradas por los cursos de los ríos desde algún yacimiento superficial y poco abundante. Los aborígenes fueron obligados a recolectar el metal precioso. Los indígenas antillanos no opusieron resistencia armada a los conquistadores, pero en pocos años casi todos ellos desaparecieron. Un gran número de estos indígenas murieron a causa de las enfermedades transmitidas por los europeos. Además, la dominación a que se los sometió, provocó en muchos de ellos el deseo de no tener hijos, con lo que disminuyó drásticamente el índice de natalidad.

A partir de 1510, La Española perdió importancia y Santiago de Cuba se transformó en el centro de las operaciones coloniales españolas. Desde allí, en febrero de 1519, partió Hernán Cortés, al mando de 11 naves y 600 hombres, con destino a la tierra firme del continente, a la búsqueda de las fabulosas riquezas en oro mencionadas por los indígenas.

LA CONQUISTA DEL PERÚ

Desde su asentamiento en Panamá los españoles comenzaron al explorar la costa del Pacífico hacia el sur. El hallazgo de piezas de oro los animó a emprender nuevas expediciones.

En noviembre de 1532, Francisco Pizarro, con 200 hombres, llegó a Cajamarca, donde acampaban 30.000 incas al mando del emperador Atahualpa. Pizarro pensaba aprovechar a su favor la división interna entre los incas, enfrentados en una guerra civil en la que dos hermanos descendientes del Inca -Atahualpa y Huascar- se disputaban el trono.

A pesar de la inferioridad numérica, Pizarro convenció al jefe inca para parlamentar y lo tomó prisionero. Al ver a su soberano cautivo, muchos soldados se dejaron matar sin defenderse. La orden de Atahualpa de matar a Huascar, que dominaba el sur del imperio, facilitó la alianza entre grupos incas y los españoles. Finalmente, en noviembre de 1532, Pizarro entró al Cuzco, capital del imperio, y reconoció como emperador a un miembro de la nobleza inca. De este modo, Pizarro obtuvo el apoyo de un sector de la sociedad conquistada.

En el Perú, la capital española no se superpuso -como en México- a la indígena. En 1535 Pizarro fundó Lima, la Ciudad de los Reyes. La ciudad fue establecida cerca de la costa para asegurar las comunicaciones con las otras tierras de españoles, situadas sobre el Pacífico, y también por temor a instalarse en una región tan aislada como la del Cuzco. Las grandes cantidades de oro y de plata que los españoles obtuvieron en el Perú hicieron de esta región la más importante de todas las conquistadas por España en América.

Las sublevaciones indígenas y las luchas entre los mismos conquistadores, ávidos de enriquecerse rápidamente -y que le costaron la vida al propio Pizarro-, obligaron la intervención de la corona, que en 1544 creó el Virreinato del Perú.

EL IMPACTO DE LA CONQUISTA

La invasión europea produjo un tremendo impacto entre los pueblos que habitaban América. Para estas sociedades que habían vivido aisladas del resto del mundo, los europeos representaban algo totalmente desconocido. Toda su vida cambió a partir de la conquista. Su organización económica, social y política, sus creencias religiosas, su visión del mundo y las costumbres de su vida cotidiana, se derrumbaron.

La desestructuración de la economía

La conquista española alteró el funcionamiento y la organización de las economías indígenas.

En el Perú, por ejemplo, el triunfo español alteró el sistema basado en la reciprocidad y la redistribución. Los conquistadores ocuparon el lugar del Inca en la jerarquía social. Las comunidades continuaron obligadas a entregar tributos y los curacas fueron mantenidos como los funcionarios encargados de controlar el cumplimiento de la obligación y el almacenamiento de los productos. Pero los españoles quebraron el principio de la redistribución: el excedente que los curacas entregaban a los conquistadores no volvía a las comunidades. Además, con la introducción de la moneda y el mercado, los españoles destruyeron el principio de la reciprocidad: los indígenas dejaron de intercambiar productos entre comunidades de acuerdo con lo que cada una producía y se vieron obligados a comprar y vender.

La destrucción de las religiones indígenas :

Cuando los españoles llegaron a México, se encontraron con una civilización que tenía una religión muy diferente de la cristiana. Lo que más impactó a los conquistadores fue la poderosa religión estatal que rendía culto a las principales divinidades indígenas a través de sacrificios humanos que eran acompañados de diversos ritos. De acuerdo con su mentalidad de hombres europeos de¡ siglo XVI, la entendieron como una religión demoníaca -que rendía culto al demonio y a las fuerzas del mal- y se propusieron su completa destrucción.

Los conquistadores y los misioneros -sacerdotes y religiosos que llegaban a América con la misión de evangelizar, es decir, de enseñar a los indígenas los principios de la que consideraban la verdadera fe: la religión cristiana- se propusieron extirpar la idolatría (porque los europeos llamaron ídolos ii los dioses de los aborígenes). La muerte de los emperadores azteca e inca contribuyó a que esas sociedades perdieran confianza en sus dioses: con la muerte de Moctezuma o de Atahualpa, no sólo desaparecían los jefes del Estado sino también los hijos del Sol, su protector. Otra forma en que los españoles se propusieron reemplazar las creencias tradicionales indígenas, fue la edificación de iglesias en los lugares en los que antes habían existido templos o centros de culto.

Durante los primeros tiempos y terminada la etapa de la resistencia armada, los misioneros fueron optimistas porque los indígenas parecían aceptar
a la nueva religión y recibían en masa los sacramentos del bautismo y del matrimonio. Sin embargo, al poco tiempo comenzaron a advertir que la aceptación del cristianismo era sólo superficial ya que, a escondidas de los españoles, continuaban realizando los ritos de su culto tradicional.

Las causas de la derrota

Un proceso tan complejo como la conquista de un continente no puede explicarse por un solo factor. Si tenemos en cuenta que un pequeño número de europeos lograron dominar en muy poco tiempo a comunidades muy numerosas y que habían alcanzado un elevado nivel de organización social, ¿Como explicar que los 200 hombres de la expedición de Cortés conquistaran tina región habitada por más de 10 millones de personas? Sin duda influyeron factores técnicos como la superioridad de las armas de fuego, y el terror que producían las explosiones de pólvora y los caballos. Otros factores serían de tipo religioso, como las leyendas que hablaban de la llegada de enviados de los dioses.

Pero tal vez haya que prestarle particular atención a un elemento de tipo político: la organización imperial y militarista de los aztecas e incas. Si bien esto puede aparecer como un símbolo de fortaleza, también lo es de debilidad.

Muchos de los pueblos dominados por los aztecas y los incas colaboraron con los europeos convencidos de que ése era el medio para liberarse de quienes les exigían pesados tributos. Además, la organización imperial muy centralizada de los incas, por ejemplo, facilitó el triunfo de los españoles. Éstos atacaron directamente la cabeza del imperio -el Inca y el Cuzco- y frente a la derrota de ésta, el poderío inca sucumbió. Los españoles aprovecharon la situación y mantuvieron parte de la estructura de dominio impuesta por los incas, pero se ubicaron ellos a la cabeza de esa estructura.

El derrumbe demográfico

Antes de la llegada de los europeos, la población americana no estaba distribuida de manera uniforme por el continente. Las zonas más densamente pobladas eran las de las civilizaciones urbanas de Mesoamérica y la región andina. En esas dos zonas, la población aumentaba a medida que mejoraban las técnicas de cultivo y crecí-,in el intercambio y los centros urbanos. La conquista interrumpió bruscamente esta tendencia y diezmó la población indígena.

El derrumbe demográfico se produjo por un conjunto de factores que actuaron de manera simultánea: las muertes provocadas por la violencia de los conquistadores; la desorganización de la vida económica, que hizo disminuir la producción de alimentos, provocando hombrunas; la explotación del trabajo indígena en las minas; la desorganización de la vida familiar tradicional; los efectos devastadores de las epidemias de enfermedades infecciosas como la viruela, frente a las que los indígenas no tenían desarrolladas defensas orgánicas. También influyeron factores de tipo psicológico, como la pérdida del deseo de vivir en un mundo que se derrumbaba, donde todo lo conocido iba desapareciendo.

A lo largo de los siglos XVII y XVIII, los indígenas que sobrevivieron la conquista se transformaron -en su mayoría- en campesinos. Algunas comunidades o individuos llegaron a competir con los europeos por los beneficios producidos por la economía colonial americana.

DIFERENTES VISIONES DE LA CONQUISTA:

La visión de los conquistadores

La conquista del Nuevo Mundo fue impulsada por instituciones como los Estados monárquicos, la Iglesia Católica y las grandes compañías comerciales. Pero la importancia de estas instituciones no debe hacernos olvidar que los protagonistas de este proceso histórico fueron los conquistadores, hombres reales, de carne y hueso. ¿Quiénes fueron estas personas? ¿Qué motivos los impulsaron a cruzar el océano, pese a los riesgos que la empresa suponía? ¿Cuál fue la visión que estos hombres tuvieron al tomar Contacto con una realidad geográfica y humana tan diferente de la propia?

Los conquistadores eran hombres con poca o ninguna fortuna en tierras o en dinero, aunque algunos de ellos eran de origen noble. Llegaron a América esperando lograr en el Nuevo Mundo los objetivos que en Europa les resultaban inaccesibles. Estos objetivos eran la riqueza, el prestigio social y su contribución a la misión cristiana de evangelizar a los indígenas americanos.

Sobre todo en los primeros años de la conquista, los conquistadores imaginaban que iban a alcanzar sus utopías sin conflicto. Esperaban que las riquezas fueran la base de una posición de reconocimiento social en tierras americanas; y que, al regresar a España, la fortuna y el prestigio social recién adquiridos estuvieran legitimados por su servicio prestado a la expansión del cristianismo. Sin embargo, en la práctica, la mayoría de los conquistadores no realizó sus utopías.

Los conquistadores se fueron diferenciando entre sí. Rápidamente, entre ellos se establecieron diferencias de jerarquía y autoridad: los que actuaban en México y en Perú obtenían mayores recursos económicos que los que actuaban en las islas del Caribe. Pero, en el continente, sólo un reducido grupo de hombres relacionados directamente con los jefes de las expediciones (sucesivamente, Colón, Velázquez, Cortés, Pizarro, Valdivia, por ejemplo) obtuvieron el título de encomenderos. A los encomenderos se les confiaban porciones de población indígena y se les otorgaba el derecho de obtener de ella tributos, emplearla como mano de obra en sus empresas particulares (minería, plantaciones, talleres textiles, entre otras), y recibir el pago de sus jornales si trabajaban fuera de la encomienda. Estos beneficios se otorgaban teóricamente a cambio de la obligación de evangelizar a los indígenas encomendados. Como resultado de esta diferenciación, muchos conquistadores vieron cerrado su acceso a los niveles superiores de riqueza y prestigio social. Fueron frecuentes las intrigas políticas y los enfrentamientos armados entre grupos que se oponían a los conquistadores más poderosos.

La visión de los vencidos

La conquista violenta significó para los indígenas un gran sufrimiento espiritual. Su mundo y sus tradiciones se desmoronaron. Algunos historiadores denominaron a este impacto en la mentalidad de los pueblos americanos como el traumatismo de la conquista.

Para los vencidos, la derrota tuvo un carácter religioso y cósmico: se sintieron abandonados por sus dioses. La caída de Tenochtitlán por ejemplo, no fue solo una derrota militar significaba también la caída del reino del Sol. Los dioses habían muerto o eran débiles ante el avance de la nueva fe cristiana que imponen los conquistadores.

Las nuevas condiciones de existencia impuestas por los europeos provocaron la desvalorarización de los americanos. El alcoholismo se difundió como una epidemia. El desgano vital, producido por la falta de incentivos pira vivir en un mundo hostil, lleva muchos a un estado de autoabandonarse incluso a la disminución de la natalidad.

Para Nathan Wachtel -historiador francés contemporáneo-, "saqueos, masacres, incendios, es la experiencia del fin de un mando. Pero se trata de un fin sangriento, de un mundo asesinado".

Que sabes de la aculturación ?

Cuando dos culturas se ponen en contacto se establece entre ellas una serie de relaciones que modifican a ambas. En el proceso de la conquista europea en América se relacionaron dos culturas que, hasta ese momento, se habían desarrollado por separado, sin que una tuviera noción de la existencia de la otra.

Frecuentemente las culturas que entran en contacto no se enfrentan en condiciones de igualdad. En ocasiones, por circunstancias diversas, una cultura tiene la fuerza suficiente como para imponerse sobre la otra. La conquista de América fue una historia de vencedores y vencidos. Unos lograron imponer su dominio sobre los otros. En la relación entre sus culturas ocurrió algo similar. La cultura europea derrotó a la indígena.

El concepto de cultura se refiere a la forma en que los miembros de un grupo de personas piensan, creen y viven, la manera en que resuelven sus problemas, sus manifestaciones artísticas y su vida espiritual, las normas y acuerdos que establecen. Por esto, cuando se produce un choque entre culturas, se enfrentan todos los aspectos de la vida social de los pueblos en lucha.

En las ciencias sociales como la antropología y la historia, por ejemplo

se utiliza el término aculturación para explicar procesos como el de la conquista de América, en el cual una cultura se modificó por el contacto violento con otra, y en ese proceso de modificación perdió los rasgos más importantes que le eran propios. En un proceso de aculturación, el pueblo vencido pierde su identidad cultura¡ tradicional e incorpora a su visión del mundo muchos elementos de la cultura de los vencedores. El resultado final de este proceso es la imposición de los rasgos principales de la cultura vencedora a la cultura vencida.

UNA INDÍGENA, PREMIO NOBEL DE LA PAZ:
La indígena Rigoberto Menchú recibió el 1 0 de diciembre de 1992, en Suecia, el Premio Nóbel de la Paz por su ardua lucha por la defensa de los derechos indígenas y humanos en general, de su país y de¡ continente.

"Este Premio Nóbel lo interpreto primero como un homenaje a los pueblos indígenas sacrificados y desaparecidos por la aspiración de una vida más digna, justo, libre, de fraternidad y comprensión entre los humanos, A los que ya no están vivos para albergar la esperanza de un cambio de lo situación de pobreza y marginación de los indígenas, relegados y desamparados en Guatemala y en todo el continente americano,

"Reconforta esto creciente atención, aunque llegue 500 años más tarde, hacia el sufrimiento, la discriminación, lo opresión y explotación que nuestros pueblos han sufrido, pero que gracias a su propia cosmovisión y concepción de lo vida han logr
ado resistir y finalmente ver con perspectivos promisorias, cómo, de aquellas raíces que se quisieron erradicar germinan ahora con pujanza, esperanzas y representaciones paro el futuro.

'Implica también una manifestación del progresivo interés y comprensión internacional por los Derechos de los Pueblos Originarios, por el futuro de los más de 60 millones de indígenas que habitan nuestra América y su fragor de protesta por los 500 años de opresión que han soportado. Por el genocidio incomparable que han sufrido en todo esta época, del que otros países y las élites en América se han favorecido y aprovechado

"Libertad paro los indígenas dondequiera que estén en América y en el mundo, porque mientras vivan, vivirá un brillo de esperanza y un pensar original de la vida!

"Los manifestaciones de júbilo de los Organizaciones Indígenas de todo el continente y los congratulaciones mundiales recibidos por el otorgamiento del Premio Nobel de lo Paz, expresan claramente la trascendencia de esto decisión. Es el reconocimiento de una deudo de Europa para con los pueblos indígenas americanos; es un llamado a la conciencia de la Humanidad para que se erradiquen los condiciones de marginación o las que los condenó el coloniaje y la explotación de los no indígenas, y es un clamor por la vida, la paz, la justicia, lo igualdad y hermandad entre los seres humanos."

(Fragmento del discurso de Rigoberta Menchú en el acto de entrega del Premio Nóbel de la Paz.)

Civilizaciones Americanas


http://www.portalplanetasedna.com.ar/incas.htm